καλὸς καὶ ἀγαθός es la expresión que indica el ideal estético en la filosofía de la antigua Grecia. Se refiere a la necesidad de preocuparse por el desarrollo de la belleza, entendida no sólo en sus capacidades visibiles, sino en un sentido más amplio como calidad sensible del ánimo capaz de contener virtud de justicia, verdad y ética moral.
En el Timeo (360 a.c.), Platón describía esta posición como el más alto ideal aristocrático de
un cuerpo bello en una mente capaz de pensar y de entender («Quien se dedica a la investigación científica o a otra intensa actividad intelectual, necesita que también al cuerpo de su movimento…
mientras que se dedica con cuidado a plasmar el cuerpo, necesita que abastesca en compensación al anima sus movimientos, recurriendo a la musica y a todo esto que reguarda la filosofia, se quiere hacer definido, justamente y a buen derecho, sea bello sea bueno»).
En el 1994,la Organización Mundial de la Salud define un núcleo fundamental de competencias psicológicas que deben ser adquiridas en el curso de la vida para desarrollar una adecuada inteligencia emotiva, e indica la oportunidad de introducir en las escuelas específicos programas de desarrollo de estos conocimientos emotivos (life-skills) que previenen el surgir de problemáticas físicas y emotivas legítimas a la incapacidad de gestión del estrés emotivo.
Programas formativos de este tipo contienen un alto valor preventivo, mirado a la aprobación
del bienestar de los niños y de los adolecentes, y se introducen en el ámbito de las orientaciones más recientes de la medicina y de la educación a la salud que se extienden al potenciamiento de todos los factores protectivos a sosten del desarrollo sano y armonioso de la persona.
Con estas referencias metodológicos en la mente y en el cuerpo, danzaparalaciencia sostiene el
desarrollo de dos intinerarios formativos: “crecer en punta de pies” (para los más pequeños) y “la técnica clásica al servicio de la salud” (para los más grandes), que combinan el uso de la música clásica con la atención al desarrollo de las competencias capaces de proteger y sostener el crecimiento del niño como persona, y no sólo como contenedor de aprendizajes y de técnicas ejecutivas.